La amabilidad como experiencia relacional: terapia de juego en grupo para desarrollar habilidades sociales y regulación emocional

Durante varias semanas, un grupo de niños y niñas se reunió para jugar. Pero no fue solo un espacio de juego: fue un encuentro real, profundo y transformador, donde la amabilidad se vivió como experiencia relacional, aprendiendo a mirarse, escucharse y sostenerse mutuamente.

Nuestro grupo de juego terapéutico, que funciona como terapia infantil en grupo, está diseñado para que las niñas y los niños puedan aprender habilidades sociales y desarrollar la regulación emocional mientras juegan y se relacionan de manera afectiva y segura.

Historias que se encuentran en el grupo terapéutico

Llegaron con historias distintas. Algunas con dificultades para vincularse, otras con mucha energía pero poca regulación emocional, otras más tímidas, retraídas o simplemente en búsqueda de un lugar donde sentirse seguras y seguros.

Lo que ocurrió fue algo muy valioso: comenzaron a relacionarse desde la amabilidad, teniendo en cuenta a sus pares, escuchando, negociando y resolviendo conflictos dentro del juego.

El juego se convirtió en el lenguaje común que les permitió acercarse unas personas a otras. A través de esta terapia de juego en grupo, los niños y niñas aprendieron a resolver conflictos sin herirse, a esperar, a proponer, a reparar y, sobre todo, a vivir la amabilidad en sus relaciones con los demás.

La amabilidad como experiencia vivida

En este grupo, la amabilidad no fue una consigna vacía. Fue una experiencia real:

  • De sentirse escuchadas y escuchados.
  • De poder decir “no” sin ser rechazadas o rechazados.
  • De equivocarse sin ser juzgadas ni juzgados.
  • De ser ellas y ellos mismos y ser bien recibidos y recibidas.

Y eso, tal vez para alguien, pudo ser una experiencia diferente, una oportunidad de relacionarse en grupo y de descubrir la amabilidad como experiencia relacional, aprendiendo nuevas formas de vincularse y convivir.

El rol del terapeuta de juego

Como terapeuta de juego, acompañé este proceso con presencia, escucha y sensibilidad, buscando sostener un entorno seguro donde cada niña y cada niño pudiera expresarse, ser escuchado/a y encontrar su lugar en el grupo.

Mi rol consistió en facilitar, contener, mediar y observar sin invadir, interviniendo solo cuando fuera necesario, para que la amabilidad y la cooperación surgieran de forma natural.

Ha sido un privilegio acompañar estos encuentros y ver cómo, desde el juego, cada niño y niña fue desplegando lo mejor de sí.

Taller de habilidades sociales y regulación emocional

Este taller de habilidades sociales en formato de juego permite a las niñas y los niños practicar la convivencia, aprender a regular sus emociones y fortalecer la empatía, la escucha activa y la cooperación con sus pares.

Las dinámicas del grupo brindan un entorno seguro y estructurado donde los aprendizajes se integran de manera vivencial, natural y divertida.

¿Por qué es importante este espacio?

Porque las niñas y los niños no siempre necesitan más reglas. A veces, lo que más necesitan es un espacio donde puedan practicar la convivencia desde el cuidado, no desde el castigo. Donde aprendan a relacionarse, no desde el miedo, sino desde la confianza.

El grupo de juego terapéutico ofrece justamente eso: un lugar donde crecer emocionalmente a través del vínculo, la creatividad y el respeto mutuo.

Una invitación a las familias

✨ Si sentís que vuestro hijo o hija podría beneficiarse de este espacio, os animo a dar el paso. No hace falta esperar a que haya “una gran dificultad relacional” para experimentar nuevas habilidades sociales.